Christian Aramayo, economista y consultor
Una de las fábulas más famosas trata sobre la carrera entre una liebre y una tortuga: ante la burla de la primera, la tortuga la desafía a competir en una carrera de velocidad. Así, cuando la carrera comienza la tortuga hace sus mejores esfuerzos en llegar a la meta mientras que la liebre inmediatamente parte con una enorme ventaja por su gran velocidad. Al ver su gran ventaja sobre la lenta tortuga, la liebre decide descansar antes de llegar a la meta. La tortuga ignora ello y sigue caminando: termina ganando la competencia.
El lunes 7 de septiembre de 2015 la administración central cerró la Empresa de Construcción del Ejército y según el Ministro de Economía existe una “lista gris” de empresas deficitarias. Esta empresa que era financiada con nuestros impuestos, tuvo en sus arcas cerca de Bs 400 millones (más de 60 millones de dólares) en alrededor de tres años de existencia.
La liquidación de empresas es una medida prudente para prevenir o paliar déficits presupuestarios. Si la lógica es la eficiencia y la sostenibilidad económico-financiera, volverá el debate sobre el rol del estado en la economía y más temprano que tarde estaremos con varias empresas cerradas. Una señal saludable por parte del gobierno central es admitir y corregir estos errores.

Para observar los datos entrar a: https://www.sigma.gob.bo/php/estadisticas_presupuesto.php
Pero el daño ya está hecho. La diferencia entre los países desarrollados y los no desarrollados parte por mantener señales claras a lo largo del tiempo y que estas señales -formales e informales- promuevan confianza. Experimentos como éste no sólo dañan la economía por las millonarias pérdidas y las distorsiones en el corto plazo, el daño es mucho más grande porque se emitieron señales erradas sobre la economía y perdimos tiempo que jamás recuperaremos: no estamos blindados y resultó que el Estado Plurinacional no es el mejor administrador de una empresa. O como Bernardo Kliksberg escribe: “el corrupto no solo daña por el dinero que roba, sino por el mensaje que transmite”. Y es que como con la historia de la liebre y la tortuga: no se trata de que Bolivia corra más rápido, sino de llegar más lejos.
La carrera del desarrollo es una carrera cuya meta avanza cada vez más y más a lo largo del tiempo.
https://blogchristianaramayo.wordpress.com/2015/09/07/tortugas-metas-y-desarrollo/