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Miércoles, 18 Junio 2014 20:52

Fútbol se conjuga en masculino

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Postal creada para la campaña Repensando las paternidades. Postal creada para la campaña Repensando las paternidades. Fuente: gentileza Jaime Tellería

La pasión de multitudes es un espacio en el que rigen las concepciones machistas, patriarcales y de violencia, dentro y alrededor de la cancha. Y así seguirá mientras las sociedades no se lo cuestionen en serio, afirma Jaime Tellería, investigador de masculinidades

 

Carla Hannover / La Paz

Suena el silbato y comienza el partido. La gente se prepara para ver lo que los jugadores pueden hacer con la pelota, pero también para la catarsis, ésa que se logra a plan de gritos: “Jugá bien, maricón”, “Puuucha, qué mujercita”, “Deja de alentar como niña fresa”, “Este equipo no tiene huevos”, “Chola, imilla”…, lo más fino que sale de las gargantas de los hinchas que prueban, que justifican con su exaltación y pérdida de control colectiva, que este deporte es una pasión.

¿Pérdida de control? Sí. En la cancha y sus alrededores se desenmascaran las sociedades. Total, es sólo un juego, de manera que los exabruptos se los lleva el viento.

“El fútbol es un terreno en el que se mantienen concepciones machistas que imperan hace siglos en nuestras sociedades”, afirma el investigador Jaime Tellería, experto en masculinidades y género. Es como un barómetro de la presión que ejercen los prejuicios, pese a las leyes antidiscriminación y antirracismo.

El fútbol, añade, es un deporte pensado y dirigido por los hombres. “Su socialización está fuertemente asociada con valores del modelo machista como el ganar, el imponer, el ejercer fuerza, dominar o ejercer violencia; este deporte ayuda a sostener un mundo de valores culturales y sociales de privilegio de lo masculino”, añade Tellería.

Es el espacio, pues, en el que ellos son los privilegiados. Lo que no sería tan grave si no fuese porque el fútbol, como hecho social, lo dice el investigador ecuatoriano Fernando Carrión, es un conjunto de sistemas y representaciones que “produce una integración simbólica de la población alrededor de los múltiples componentes que tiene, produce o atrae”. ¡Glup!

Menuda sociedad, si “el peor insulto contra alguien en cancha es decirle que es menos hombre, es decir, que se parece a una mujer”, ayuda Tellería, autor del libro Reflexiones sobre trabajo en masculinidades (2012), a medir la gravedad del asunto.

“¡Aguante carajo, parecen niñas!” reza la arenga que une a la hinchada del paceño Club Bolívar. Léase: aquí, los mejores: los machos, allá, los indeseables: los no-machos, los que parecen mujeres. “Este orden implica además una homofobia y una organización en la que humillar al otro consiste básicamente en penetrarlo. Esto es evidente cuando, luego de un partido, los hinchas del equipo ganador usan frases como ‘les rompimos el culo’ y otras del mismo corte”, se lee en una ponencia del IV Encuentro Masculinidades que se realizó el 2012 en La Paz.

Las reglas silenciosas, que se despliegan en el fútbol, son producto de la construcción de la masculinidad en las sociedades. “Ésta se construye a partir de una oposición perversa: Más vs. Menos. Soy más hombre-soy menos hombre. De ahí que el fútbol se convierte en un espacio terriblemente misógino cuando los hinchas, los espectadores y hasta la industria intervienen fuera del campo de juego”, resume Tellería.

Pero, a las mujeres les gusta el fútbol; hay muchas que lo juegan. Y hay mujeres comentando fútbol, etc. etc.

El fútbol es narrado por los hombres, es su discurso el que definirá el campo de las prácticas de las mujeres, seanéstas espectadoras massmediáticas, deportistas, asistentes a los estadios o hinchas. “De ahí que la identidad de la mujer respecto de este particular universo necesariamente deba constituirse a partir de las reglas y los valores del otro”, concluye un estudio realizado por investigadoras delConsejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso).

Debe ser por eso que, en estos días, el programa de televisión titulado Rumbo al Mundial (Red ATB) ponga en frente a dos jóvenes mujeres que, es evidente, no tienen idea de lo que están hablando. Aparecen con poca ropa, eso sí. Su derecho, por supuesto, si no fuera por la cámara que para tapar los baches recorre de arriba abajo las piernas de las “expertas”.

Lpz viva“Hincha Pelotas”, la frase que habitualmente se usa como burla o insulto a la mujer, bautiza a la nueva campaña futbolera de la telefónica Viva. FOTO: Carla Hannover 

Publicidad Viva

También así se explica la publicidad de la empresa telefónica Viva y su campaña Hincha Pelotas, cuyos lemas son del tipo: “Llega un nuevo tipo de hincha”, “Si lo tuyo es el fútbol, bienvenido a tu cancha” (así, en masculino). Un hincha que, en tanto dueño de su territorio, no se ruboriza al gritar desde una valla mensajes del tipo: “Si te gusta una mujer y tiene novio. Recuerda: en el fútbol hay porteros y aun así se anotan goles”.

Hinchapelotas

Esto no significa, destaca el estudio de la Clacso, que estas prácticas no puedan constituirse de manera alternativa. Sin embargo, la aparente ausencia de lucha simbólica en la cancha y de otras formas de conflicto entre géneros en el fútbol parece indicar, en una primera mirada, “que la aparición de las mujeres en el universo futbolístico no se presenta como una amenaza, ni siquiera como un desafío que implique la posibilidad de modificar el actual estado de las cosas”.

Al contrario. Lo que se hace es acentuar ese estado de cosas. Así, un programa televisivo (Canal 21) que tiene cuatro panelistas para analizar el Mundial (tres varones y una mujer) presentó el lunes 16 de junio, entre comentarios jocosos de ellos y el silencio de ella, un “Mundial de mujeres”. Las imágenes mostraron a chicas con lencería pateando la pelota contra el arco, mientras las cámaras enfocaban el escote y el trasero.

NoviaFabiola Martínez, una de las mujeres que peleó el título de Novia del Mundial 2014. Es paraguaya. Fuente: Internet

¿Más ejemplos? Las “novias del Mundial” que no es que sepan jugar fútbol o de fútbol. Al menos nadie se los pregunta; están para posar con un balón y la menor ropa posible.

Que tal cosa no es excepcional lo documenta Wikipedia para la categoría Fútbol Femenino. Vale la pena transcribir el apartado “Cambio de imagen”:

“En el 2004, el presidente de la FIFAJoseph Blatter sugirió que las mujeres futbolistas debieran "usar pantalones cortos más ceñidos y camisas sin mangas ... para crear una estética más femenina" y con este uniforme "atraer a más hombres como espectadores". Esta crítica fue ampliamente comentada por futbolistas y algunos periódicos, pero fue pronto tachada de sexista y machista por la prensa amarillista de "privilegiar el físico de las deportistas antes que su juego".

En septiembre de 2008, el equipo holandés FC De Rakt de los Países Bajos entró en los titulares internacionales mediante el canje de su equipo viejo por uno nuevo con pantalones más cortos y camisetas ajustadas. Esta innovación, que había sido solicitado por las futbolistas, fue vetada inicialmente por la Real Federación de Fútbol de los Países Bajos, pues de acuerdo a las reglas del juego, los pantalones cortos deben ser usados por todos los jugadores, tanto hombres como mujeres; esta decisión fue revertida cuando se reveló que las jugadoras del FC De Rakt llevaban pantalones cortos debajo de sus faldas, y por lo tanto técnicamente están cumpliendo con las reglas. Algunos aficionados holandeses especularon que el cambio de vestimenta no era más que un truco publicitario.

El presidente del club, Jan van den Elzen, dijo a Reuters:

Las chicas nos preguntaron si podían hacer una vestimenta nueva y pidieron específicamente algo parecido a las faldas. Nos dijeron el tema podía discutirse, pero no esperábamos que nos reclamen un permiso para ello. Hemos visto las reacciones de Bélgica y Alemania, allí ya están diciendo que esto podría ser algo útil para sus jugadoras. A muchas chicas les gusta jugar en faldas, pero no creía que fuera posible.

La capitán del equipo Rinske Temming, de 21 años, dijo:

Creemos que las faldas pequeñas son mucho más elegantes que los pantalones tradicionales y, además, se sienten más cómodos, porque los largos se hacen para los hombres. Se trata más de ser elegante, no de ser sexy. El fútbol femenino no es popular en este momento. En los Países Bajos hay una imagen de que el fútbol "es más para los hombres", pero esperamos que pueda cambiar.

También en junio de 2011, el equipo ruso de la UEFA Feminine League, el WFC Rossiyanka anunció un plan para que sus futbolistas jugaran en bikini en un intento por impulsar esta tendencia hacia "un uniforme más femenino" y atraer espectadores masculinos”.

Como se dice en inglés: No comment.

Menos, siempre menos

Ciertamente, dice Tellería, “las mujeres que practican el fútbol, también en nuestro país, básicamente reproducen las reglas masculinas. La diferencia es que sus niveles de competitividad no son tan altos como los que se juegan en un partido de fútbol de hombres”. Un ejemplo de ello se ve en el área rural aymara, donde las mujeres juegan bastante al fútbol. “Pero en ese contexto, el juego se desarrolla más por placer. No se hacen grandes fiestas en torno al partido, como ocurre cuando hay un campeonato de varones. Pero esta da la impresión de que el fútbol de las mujeres vale menos”.

Hace unos días, el presidente del Uruguay, José Mujica, decía que es necesario cambiar la cultura, porque “claramente estamos hablando una cultura política, social, machista y patriarcal”, cita Tellería. Actualmente, se viven cambios sociales en el país, pero no así cambios culturales y ése es el problema: La prueba es que “persiste una cultura del fútbol arraigada en valores machistas, patriarcales y de violencia. No será muy fácil transformarla, porque la gran mayoría de las personas aún no se cuestiona estos temas”.

Visto 4875 veces Modificado por última vez en Sábado, 26 Julio 2014 18:01
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