En la parada del bus. Richard Mateos y su perra guía Mali minutos antes de abordar el bus municipal Pumakatari en la plaza Camacho. El documentalista español no vidente promociona en La Paz su trabajo “Amurallados” y, como hizo en Santa Cruz, invita, a veces con su sola presencia, a reflexionar sobre la inclusión de personas con capacidades especiales en el espacio público.
A bordo del Puma. Richard y Mali son acomodados por una de las educadoras del bus. La mañana del 1 de septiembre se permitió el ingreso de la perra sin mayores observaciones. Sin embargo, el personal de la tarde exigiría que Mali use bozal, Richard conversa con los pasajeros: “Un perro guía está entrenado para la convivencia pacífica con los ciudadanos, así que no hay razón para temer”, y ofrece una demostración del entrenamiento de Mali.
En la calle. Richard y Mali fueron a dar una vuelta por el barrio Los Pinos a manera de “estirar las patas”. “Los perros guías pueden acompañarte hasta nueve años; pasada esa edad, van perdiendo los reflejos. Pero Mali es parte de mi familia y se quedará conmigo hasta el final de sus días”.
Mali. De raza labrador, nació en EEUU hace 6 años. Fue entrenada por casi dos años y al cabo le fue entregada a Richard, a quien acompaña desde 2011. “Un perro guía cuesta alrededor de 30 mil dólares. Gracias a las organizaciones para no videntes en España,me la entregaron de forma gratuita”.
En el restaurante. Richard y Mali fueron recibidos en Dumbo, de la Av. Montenegro (zona Sur). La “apertura” fue posible luego de larga conversación con la gerente, quien accedió con reparos por temor a sanciones de la Alcaldía, cuyas normas no contemplan la posibilidad de perros guías.