Lunes, 21 Marzo 2016 17:12

Una niña de 8 años eleva querella por feminicidio en el proceso Aramayo-Kushner

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La hija de Andrea en el homenaje a su mamá. La hija de Andrea en el homenaje a su mamá. Helen Álvarez

La hija de Andrea Aramayo se presenta en primera persona en la acción judicial en curso. Su abuela, Helen Álvarez, con el permiso del padre de la niña, tomó la decisión en vista de los argumentos de la defensa que, dice, insisten en denigrar la memoria de la mamá fallecida en agosto de 2015 y que podrían pesar a futuro en la hija. "Loca, culpable de su propia muerte: estas ideas difundidas sobre Andrea siembran dudas" y con el fin de que no queden sin respuesta para la niña es que se está promoviendo la participación activa de quien "es directa víctima de esta violencia". La menor no deberá acudir a estrado alguno, pues estará legalmente representada. La contraparte ha criticado la medida que califica de "uso de una menor".

Mabel Franco / La Paz

Las diferencias que existen entre el informe de pericia psicológica de Andrea Aramayo y la versión que sobre éste ofreció la defensa de William Kushner, en febrero de 2016 y en conferencia de prensa, no sólo que colmó la capacidad de indignación de Helen Álvarez, la mamá de la joven fallecida, “por la tergiversación en que incurre”, sino que la hizo preocuparse por los posibles efectos de los adjetivos denigrantes en su nieta.

“No ahora, pues es pequeña todavía aunque muy atenta sobre lo que sucede en torno de la muerte de su mamá, pero cuando crezca, existe el riesgo de que esas versiones negativas que quieren hacer ver que Andrea era una loca, la alcancen y la lleven a creer en que ella fue la única culpable de que la hayan matado”, dice Álvarez. Un argumento, el de las mujeres que “se buscan” la violencia, que es muy común en la sociedad boliviana, opina la periodista y feminista.

Por esa razón, el padre de la niña autorizó que ésta, a sus ocho años de edad, presente querella como víctima del presunto feminicidio de su madre, y se sume a la que está en curso contra Kushner, quien guarda detención preventiva en la cárcel de San Pedro a la espera de que se formule o no la acusación formal por ese delito que tiene pena de 30 años de prisión.

Álvarez está consciente, admite, de que esta decisión despertará muchas críticas y nuevos ataques, especialmente de personas que al defender la inocencia de Kushner no han dudado en insultar a la familia de Andrea y a ella misma. La madre y abuela sabe que habrá quienes la acusarán de estar utilizando a su nieta y de exponerla públicamente; pero, asegura, “nosotros, como su familia, sabemos que participar de la defensa de la memoria de su mamá la ayudará a futuro a entender lo que le pasó”.

Desde los sucesos acaecidos el 19 de agosto de 2015, cuando Andrea Álvarez fue atropellada por el vehiculo conducido por William Kushner, en circunstancias que la defensa describe como accidente provocado por la propia Andrea y que la acusación señala como la consumación mortal de un proceso de violencia psicológica y económica, es decir feminicidio, los ataques contra una y otro han tocado extremos. Facebook, sobre todo, ha sido la palestra para gente que ha juzgado y condenado sea a Álvarez, sea a Kushner.

En ese afán, la hija de Andrea resulta víctima evidente de violencia, sostiene la abogada de Álvarez, Estefanía Suárez.

Derechos escritos

La abogada Suárez explica que el procedimiento de la querella presentada por una niña, que puede parecer extremo, está plenamente respaldado por las leyes nacionales e internacionales. En ellas se reivindica el derecho de los niños y niñas de expresarse en temas judiciales que los afecten, y de ser considerados personas que sienten y piensan.

En la querella, elevada ante las fiscales Esther Cuéllar y Jimena Morales, se cita la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño, por ejemplo los numerales 1 y 2 de su artículo 12º que disponen que “los Estados Partes garantizarán al niño que esté en condiciones de formarse un juicio propio el derecho de expresar su opinión libremente en todos los asuntos que afectan al niño, teniéndose debidamente en cuenta las opiniones, en función de la edad y madurez del niño…” y que “con tal fin, se dará en particular al niño la oportunidad de ser escuchado en todo procedimiento judicial o administrativo que afecte al niño, ya sea directamente o por medio de un representante o de un órgano apropiado en consonancia con las normas de procedimiento de la ley nacional” (sic).

Es decir, profundiza la abogada Suárez en este último artículo, que la niña no será llamada a declarar. Para eso tiene a sus representantes, de manera que no cabe temer su exposición pública ni una revictimación.

El Código Niño, Niña, Adolescente, para el ámbito nacional, establece, entre otras medidas que se enumeran en la querella, el Derecho de Acceso a la Justicia que, en el artículo 157, reza: “Las niñas, niños y adolescentes, tienen el derecho a solicitar la protección y restitución de sus derechos, con todos los medios que disponga la ley, ante cualquier persona, entidad u organismo público o privado”.

El mismo código señala que “las niñas, niños y adolescentes tienen el derecho de acudir personalmente o a través de su madre, padre, guardadora o guardador, tutora o tutor, ante la autoridad competente, independiente e imparcial, para la defensa de sus derechos y que ésta decida sobre su petición en forma oportuna”.

Para garantizar la protección de la hija de Andrea, está el artículo 286 sobre la participación de la víctima: “La víctima podrá participar en el proceso por sí sola o por intermedio de una abogada o un abogado, o mandataria o mandatario, intervenir en forma oral o escrita, y formular los recursos correspondientes cuando lo crea necesario para la defensa de sus intereses”.

Víctimas ignoradas

Las víctimas de feminicidio, explica Helen Álvarez, activista en esta materia desde hace años, no son solamente las mujeres que mueren. Cuando hay hijos, éstos son los directos afectados, “los que sufren las consecuencias; hay muchos que han presenciado el crimen contra sus madres, hermanas u otras de sus familiares”. En el colectivo Mujeres Creando, del que es parte Álvarez, se conocen casos terribles. “Hay uno en el que la pareja cayó sobre el niño durante la agresión, y en tales circunstancias, el hombre mató a la madre; imagínense el sufrimiento de esta víctima y de otras que, lo sabemos, nadie escucha”. Ese niño, “según nos lo cuenta la abuelita, ha llegado a golpear a niñas con mucha ira”.

Esa ira, opina Álvarez y la apoya Estefanía Suárez, proviene de su impotencia, del lugar secundario que la niñez ocupa a la hora de buscar justicia por la pérdida sufrida. Es preciso brindar apoyo psicológico, pero también ayudaría si se les permitiese participar activamente en cuestiones que, de todas maneras, los involucran, sostiene Álvarez.

Las críticas

La noticia de la querella elevada por la niña ha provocado efectivamente reacciones en contra, pero también respuestas de comprensión. En el primer sentido se pronuncia por ejemplo, en Facebook, Paola Andrea Reyes. Esta persona califica de “espeluznante dramaturgia ‘jalada de los pelos’, como es el proceso iniciado en contra de Kushner”, y se pregunta: “¿Quién va a hacerse responsable de todo este daño cuando en juicio se prueben las mentiras burlescas a las que recurrió HA con todo su grupo de apoyo para manejar las mentes de la colectividad y así tratar de convencer de que la muerte de su hija fue un feminicidio?”

Eliana Claros C. escribe: “Una niña perdió a su madre, sufre por todo lo que escucha y ve en internet, noticias etc., yo quisiera saber cómo se sentirían ustedes que son hijas, (al) oír, ver fotos y comentarios que insulten y denigren a su madre? a su familia en general están tratando de destruir a las personas que esa pequeña niña ama...”.

Ernesto Bascopé cuestiona: ¿Podrá tener una niñez "normal" esa niña? Considerando cómo murió su madre, lo dudo. Y si a eso se le añade la elevada probabilidad de que no se haga justicia, conociendo nuestro sistema judicial... Tampoco queda muy claro cómo se puede aislar a la niña de las barbaridades que la defensa dice de su madre”.

Álvarez pide recordar que fue la defensa de Kushner la que utilizó a la niña la vez que difundió mensajes sobre lo bien que se llevaba con el novio de su mamá y cómo él la ayudaba en sus tareas.

La pericia psicológica

Audalia Zurita, la abogada de William Kushner, informó a la prensa que el informe psicológico del Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF) indicaba que la fallecida padecía una patología conocida como "personalidad límite”. Las palabras textuales de Zurita fueron: "Tuvimos acceso a la autopsia (psicológica) que elaboró el IDIF de Aramayo, en sus conclusiones dice que ella padecía una patología llamada ‘personalidad límite’, propia de quienes pierden la noción de la normalidad de su conducta”.

En ese momento, ni la parte querellante había tenido acceso al documento, tampoco la prensa. Leído el informe, no se halla la palabra patología. Se dice que Aramayo "presentaba rasgos de personalidad límite caracterizados por ser personas sensibles, extravertidas, en busca de sensaciones que les permitan experimentar diversas situaciones, sin rasgos de agresividad manifiesta, y con reactividad emocional que la predisponía a relaciones afectivas intensas" (sic).

Hoja 1 Andrea Álvarez IDIF

Sigue el informe del IDIF, Aramayo “tenía motivaciones y aspiraciones para el futuro, seguir trabajando y cumplir como madre, mantenía buenas relaciones familiares, sobre todo con su hija, era considerada buena amiga, siempre estaba presente para dar apoyo, sus relaciones en el ámbito laboral fueron buenas en principio pero paulatinamente decayeron debido a la relación que mantenía con William Kushner porque se generaban problemas a partir de celos y cuestiones laborales”.

Hoja 2 Andrea Álvarez IDIF

La agencia de noticias ANF reportó el 12 de febrero: “La jurista (Zurita) explicó que las personas que sufren el trastorno de personalidad límite no tienen conceptos claros de una conducta normal  acorde a los parámetros de la sociedad, por lo que son propensos a caer en conductas irracionales o anormales, en imaginaciones o alucinaciones”. Conclusiones que no figuran en el informe al que tuvo acceso La Pública.

Sobre posibles tendencias suicidas, que la defensa abrió como duda, el informe las minimiza: “En la vida de Andrea Aramayo no se conocen antecedentes pasados que pudieran desencadenar una motivación para quitarse la vida o una tendencia suicida, además que no se evidenciaron indicadores que sugieran razones para que pudiese atentar en contra de su vida existiendo baja posibilidad  de que cometiera suicidio”.

La defensa de Kushner se pronunció en las últimas horas a través de la abogada Aida Camacho: criticó el uso de la figura de una menor por parte de sus acusadores.

Visto 4731 veces Modificado por última vez en Martes, 22 Marzo 2016 16:02
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