Jueves, 19 Junio 2014 11:10

Brasil 2014 o el primer Mundial que se juega afuera de los estadios

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Rumbo al Mundial. Izquierda, Argentina 13.6.2014 (M.A.f.I.A.); derecha, Brasil, 2.9.2013 Rumbo al Mundial. Izquierda, Argentina 13.6.2014 (M.A.f.I.A.); derecha, Brasil, 2.9.2013 (Midia Ninja). @jogobonito2014

Pasiones futboleras aparte, el sociólogo Fernando Mayorga y el escritor Edmundo Paz Soldán analizan las connotaciones políticas, económicas y deportivas de las protestas sociales que han precedido a la Copa que se celebra en el país vecino

Santiago Espinoza / Cochabamba

Apenas lleva una semana y este Mundial ya se merece el mote de histórico. Porque, desde ya, puede afirmarse que Brasil 2014 será recordado como el primer Mundial de Fútbol en que lo ocurrido fuera de los estadios llegó a ser igual de –o más– importante que el campeonato disputado dentro de los 12 escenarios deportivos del gigante sudamericano.

Como cualquier espectáculo de masas, el fútbol profesional tiene un espacio de visibilidad en el que sabe ejercer una –al parecer– inagotable capacidad de fascinación sobre sus seguidores: los partidos en vivo o televisados, la fiesta millonaria de los fichajes, las peregrinaciones de los hinchas, los dimes y diretes entre jugadores, entrenadores, dirigentes y hasta la vida privada de todos éstos, etc. Sin embargo, el ser un espectáculo masivo también le confiere un “fuera de campo”, un escenario que, por regla general, no le interesa ni le conviene mostrar a sus protagonistas y del que los espectadores, también por regla general, no se enteran, prefieren no enterarse o, incluso enterándose, ignoran olímpicamente: los amaños de partidos, la corrupción que campea en las dirigencias, los escándalos de fichajes sobrevaluados y la violencia en los estadios, etc.  

Pues bien, Brasil 2014 ha dinamitado estas reglas sobre lo que cabe o no mostrar del fútbol. El país más futbolero del mundo, el que ha cosechado más éxitos en este deporte (cinco Copas Mundiales), el que ha dado a algunas de sus más rutilantes figuras (con Pelé a la cabeza), se ha convertido en escenario de una ola de movilizaciones contra el Mundial que, en virtud a su visibilidad mediática, ha acabado robándole gran parte de su protagonismo al fútbol. En el centro de las protestas han estado las denuncias de sobreprecios en la (re)construcción de algunos estadios donde se juega el campeonato y la indignación ante el obsceno dineral destinado a la organización del evento deportivo (que se estima en casi 15 mil millones de dólares), en un país que demanda mayor inversión en asignaturas tan urgentes como la educación y la salud. (El sitio de Midia Ninja https://ninja.oximity.com/ ofrece una cobertura pormenorizada de las protestas alrededor del Mundial)

El Mundial de las protestas

 

Cbba televisoresFOTO: televisores Contrastes. Argentina 13.6.2014 (M.A.f.I.A.), Brasil 9.6.2014 (Midia Ninja). @jogobonito 2014

Sin embargo, a riesgo de caer en el reduccionismo de atribuir a la organización del Mundial todo el malestar que ha movilizado a decenas de miles en Brasil, el sociólogo Fernando Mayorga considera prudente hacer algunas precisiones. “Lo de las protestas sociales no tiene como causa el Mundial 2014, sino como escenario”, afirma antes de mencionar y explicar las que, en su criterio, son las causas más enraizadas de las revueltas callejeras en el país vecino. (La virulencia de las protestas y de la represión que han merecido ha empezado a ganar espacio sitios comúnmente dedicados exclusivamente al deporte, como Marca, donde pueden verse videos como el siguiente: http://www.marca.com/2014/06/12/futbol/mundial/1402587905.html)

Por un lado, Mayorga reconoce que en las manifestaciones ha habido un evidente rechazo a la corrupción que habría envuelto la construcción de los estadios. No obstante, advierte que el rechazo no es sólo a las denuncias concretas que estallaron mientras se preparaban los escenarios deportivos para el Mundial, sino a una clase dirigencial y política crónicamente corrompida, que data de mucho antes de la organización de Brasil 2014.

Por otro lado, el sociólogo apunta que las movilizaciones son también un reflejo de la movilidad social que gran parte de la población juvenil ha experimentado en los últimos años lugar y que, en buena medida, está asociada a la pujanza económica del país. (El perfil juvenil de las protestas está asociado al uso intensivo de las redes sociales. Para muestra, basta apelar al hashtag #protestasbrasil, que puede dar cuenta de la magnitud de la movilización virtual.) Esta movilidad social se ha traducido en un incremento de sus expectativas sociales y en la generación de un cuestionamiento hacia la clase política brasileña.

Para el sociólogo, esta actitud de las juventudes es comprensible en la medida en que la brasileña es una clase política altamente conservadora. No por nada, recuerda, Brasil es uno de los Estados de Sudamérica que menos transformaciones institucionales han sufrido en los últimos 20 años, pese a estar, desde hace más de una década, en poder del progresista Partido de los Trabajadores y bajo el liderazgo de Lula Da Silva. Su última reforma constitucional se remonta al referéndum de 1993, en el que los brasileños votaron para elegir entre la monarquía o la república.

Asistido de estos datos, Mayorga insiste en que el malestar social que han revelado las protestas en Brasil no puede ser achacado exclusivamente a la organización del Mundial, sino que obedece a un escenario político mucho más complejo. “El Mundial ha sacado a relucir el carácter conservador de la clase política brasileña y el rostro negativo del prebendalismo”, remata el sociólogo, que en las arenas intelectuales es reconocido por sus agudos análisis políticos, mientras que en las futboleras es un consumado hincha del Aurora cochabambino. (Los interesados en la faceta aurorista de Mayorga pueden acceder a su libro Grita la hinchada, sobre la historia del club, en esta dirección: http://mayorga.pieb.com.bo/articulo13.php)

El Mundial de los negocios

Al hartazgo ante la clase política brasileña y su práctica prebendal, la organización del Mundial Brasil 2014 ha sumado un nuevo anticuerpo no menos intolerable para los movimientos que han salido a protestar a las calles: la FIFA. La impopularidad de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) no es algo nuevo ni mucho menos. Sin embargo, su protagonismo en la organización de esta Copa ha multiplicado exponencialmente el número de sus detractores, sobre todo en Brasil, donde se la corresponsabiliza de los escándalos en torno a la construcción de los estadios. (Aunque opacadas por la inauguración de la Copa, las manifestaciones callejeras continuaron incluso el 12 de junio pasado, como bien lo muestran estas dos notas: http://www.distintaslatitudes.net/la-otra-cara-del-mundial y http://www.opinion.com.bo/opinion/articulos/2014/0617/noticias.php?id=130716)

Por citar sólo un caso, el escritor cochabambino Edmundo Paz Soldán, futbolero y antes también futbolista, se refiere a los cerca de 80 mil dólares destinados a la construcción de un estadio en Brasilia, “una ciudad donde ni siquiera hay un equipo de primera división” y en la que se pretende justificar la inversión alquilando el escenario deportivo para espectáculos musicales o cediéndolo para partidos de clubes de otras ciudades. “El fútbol siempre ha sido un gran negocio”, afirma el narrador, quien ha sido testigo de primera mano de los disturbios sociales en Brasil, donde permaneció durante los tres meses casi inmediatamente anteriores a la celebración del Mundial (Las impresiones de Paz Soldán sobre su paso por Brasil pueden leerse en este texto recientemente publicado: http://prodavinci.com/2014/06/15/vivir/el-brasil-que-yo-vi-mas-alla-del-orden-y-progreso-por-edmundo-paz-soldan/). Se trata, en su criterio, de una trama de negocios prácticamente inabarcable, en la que caben desde la compra de jugadores de temprana edad hasta las denuncias de soborno para la elección de Qatar como sede del Mundial del año 2022, pasando por los escándalos de amaño en ligas de África. (A ocho años de realización, el Mundial de Qatar ya da mucho que hablar, y no precisamente por buenas razones: http://www.infobae.com/2014/06/01/1569302-escandalo-mundial-habria-pruebas-sobornos-comprar-la-sede-qatar)

Y sí, que el fútbol es un negocio millonario no es ninguna novedad. Lo que parece más reciente es la toma de conciencia de ello, la toma de conciencia de que la FIFA es el principal promotor y beneficiario de estos negocios, algo que “hemos ignorado antes por la idea casi ingenua del fútbol como una pasión que nos convoca”, reconoce Paz Soldán. Así, sin ser mérito exclusivo de ellas ni mucho menos, las protestas brasileñas han contribuido decisivamente a que se incluya en la agenda pública sobre el Mundial “el debate de la intromisión de los negocios a todo nivel en el fútbol”, añade el escritor, hincha del Wilstermann de Cochabamba y futbolista de ligas universitarias durante sus primeros años en Estados Unidos, donde estudió literatura y donde actualmente vive y trabaja como docente.

Mayorga coincide en que los mundiales de fútbol, entre ellos el de Brasil, son un gran negocio de la FIFA, a la que califica como “una de las transnacionales más poderosas del mundo, con una burocracia que se reproduce y que tiene una gran capacidad para rotar”. No es casual que la entidad matriz del fútbol mundial tenga más países afiliados que la Organización de Naciones Unidas (ONU), como tampoco es casual que, para algunos de sus integrantes, resulte “más grave estar fuera de la FIFA que de las Naciones Unidas”, apunta.

Cbba estadioFoto estadio rodeado Alegría, violencia. Brasil, 12.6.2014; Brasil, 15.6.2013 (Midia Ninja). @jogobonito2014. 

A modo de ilustrar el poder prácticamente omnímodo que ejerce sobre los eventos futbolísticos profesionales, el sociólogo alude a la controversia que se destapó en Brasil al constatarse que la FIFA impuso procedimientos y normas por encima de la propia legislación brasileña para el tratamiento laboral-salarial de las personas involucradas en la construcción de los estadios. Es más, la organización llegó al extremo de amenazar con cambiar la sede del Mundial en caso de que el Gobierno brasileño insistiese en hacer valer su normativa laboral. “Habría que saber cuánto de decisión tiene la FIFA hasta en la adjudicación de obras”, plantea, como para matizar la percepción de que, detrás de los tejemanejes de la construcción de los estadios, solo estarían las instituciones brasileñas.  

Vistas así las cosas, no debería sorprender que las protestas sociales hayan dejado ver lo ajenos y excluidos que se sienten muchos brasileños de la Copa Mundial que se celebra en su país. Ante una FIFA que ha asumido un papel tan intrusivo en Brasil, la respuesta natural de los movilizados ha sido afianzar su rechazo a la presencia y los dictámenes del organismo rector del fútbol, al que, no sin razón, consideran una insensible y corrupta máquina de hacer negocios a costa del “deporte rey” y las pasiones populares que éste despierta. (Este texto ofrece una aproximación a las razones por la que, aun apesar de los escándalos, el fútbol sigue siendo una religión:http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2014/06/140610_mundial_brasil_2014_futbol_fifa_religion_mz.shtml)

Aunque esta indignación se revele ahora con más fuerza en Brasil, es inevitable que vaya contagiando a una buena parte del planeta futbolero, más aún ahora en que este deporte se ha convertido en un fenómeno tan global. Porque, más temprano que tarde, Brasil 2014 finalizará, mientras que la FIFA y sus negocios –más o menos sucios- continuarán, de seguro sin reparar en el daño que le seguirán infligiendo al fútbol y sus seguidores. De ahí que Paz Soldán se atreva a plantear que “si queremos que el fútbol siga siendo un deporte que convoque a multitudes, la FIFA va a tener que hacer algún tipo de reinvención de toda su estructura para mostrar que está combatiendo, en la medida de lo posible, todas las instancias de corrupción que salpican a este deporte”. Sin embargo, esta reconducción administrativa del fútbol parece improbable, al menos ahora y en el corto plazo. Los hechos indican que la FIFA sigue y seguirá consagrada a orquestar “el entramado de negocios en el que se ha convertido hoy el fútbol”, asegura el escritor. Un entramado de negocios del que la inmensa mayoría del mundo futbolero sigue y seguirá excluida.

En este contexto, a nadie debería sorprender que, de ahora en adelante, los mundiales de fútbol –al igual que otros campeonatos similares- ya no solo se jueguen dentro los estadios, sino también fuera de ellos. O que, en determinado momento, sean más los que estén afuera que adentro.

Cbba contrastesContrastes. Uruguay, 14.6.2014 (rebelArte); Brasil, 12.6.2014 (Midia Ninja). @jogobonito2014 

 

 

 

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