A nadie le gusta que animales sueltos en las calles ensucien la puerta o la acera de su edificio o que destrocen las bolsas de basura que se deja en la calle; pero eso no se soluciona envenenando a las mascotas. El tema habla de una ciudad insensible, de autoridades ciegas y sordas ante los reclamos de los activistas y vecinos que entienden que los animales son seres que tienen todo el derecho de vivir y que la responsabilidad de que lo hagan sin generar problemas es de los humanos.

"Por el texto del manuscrito dejado en la casa de la periodista junto a una bala, que, según el cobarde agresor lleva su nombre, se pone en evidencia la situación de vulnerabilidad en la que nos encontramos las mujeres y que para los misóginos temerosos de los resultados de la investigación periodística, amenazar con agresiones sexuales les aporta un plus a su temeridad", dice el documento que La Pública suscribe como si fuera propio.

Que el folklorismo no nos encarcele. Ya nos liberamos de la corona española, de los criollos vendidos, de los milicos, y estamos en eso de plantarle cara al latifundio y al imperialismo. Que el folklorismo no nos haga esclavos de una identidad mediocre, cerrada y autofágica. Que la música ayude a liberar y no a secuestrar mentes e identidades.

La censura es violencia, afirma en una Carta Abierta el curador de la muestra artística que gira en torno del escudo de Santa Cruz  y que ha motivado voces de indignación de instituciones como las Damas del Comité Cívico y la Sociedad Geográfica de Santa Cruz.